domingo, 10 de noviembre de 2013

ÁNGEL

Worthington nació en Centerport, Nueva York. Sus padres son Kathryn Worthington y Warren Worthington Jr. Asistió a una escuela privada durante su adolescencia cuando unas alas emplumadas blancas comenzaron a crecer de sus omóplatos. Al principio se sintió como un monstruo, pero cuando supo que podía usar sus alas para volar y ayudar a las personas (salvó a varias personas de un incendio en su dormitorio), su poder llegó a gustarle. Supo pronto que de hecho era mutante y tras ello siguió luchando por el bien en solitario hasta que fue reclutado por el Profesor X.

Tras el ataque de los Merodeadores en los túneles Morlock, Ángel no volvió a ser el mismo pues Arpón le había atravesado las alas con sus arpones y se las tuvieron que amputar. Pasó una temporada difícil sumido en la depresión por lo que fue fácilmente influenciado por Apocalipsis, que le dio nuevas alas y le convirtió en Muerte
Angel es un mutante que puede volar, gracias a sus alas, que extendidas miden unos 5 metros. Emplumadas como las de los pájaros, tiene un esqueleto muy flexible, y pueden ser plegadas sobre su torso y piernas, mostrando solo un pequeño bulto bajo la ropa. Toda la anatomía del Angel esta adaptada para el vuelo. Sus huesos son huecos como los de las aves, haciendo que pese menos que un hombre de su constitución. Su cuerpo esta prácticamente desprovisto de grasa y posee una masa muscular proporcionalmente mayor que la de un ser humano normal y su vista es tan aguda como la de los halcones o las águilas. Sus ojos están especialmente adaptados para soportar el viento creado por las grandes velocidades que dañarían un ojo normal. También tiene una membrana especial en su sistema respiratorio, que le permite extraer oxígeno del aire, ya sea a grandes velocidades o altitudes.

Angel vuela batiendo sus alas como las aves. Tras ser alterado genéticamente por Apocalipsis, fue capaz de alcanzar una velocidad ligeramente superior a la del sonido. No se sabe cuanto tiempo podía mantenerla sin cansarse. Al alcanzar dicha velocidad, sus alas creaban un estallido sónico que a él no le afectaba.

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