Kelda es el nombre de una de
las diosas asgardianas. Pese a no tenerse constancia de su presencia, es de
suponer que Kelda estaría presente en los muchos acontecimientos que vivieron a
los asgardianos a lo largo de los años, primero fueron adorados por los
vikingos para después retirarse a su reino místico cuando sus adoradores
dejaron de seguirles, posteriormente y ya en Asgard, es de suponer que viviría
la guerra contra los demonios de Surtur, el ataque de Seth, el
Dios egipcio de
la Muerte o la caída de Odin combatiendo de nuevo a Surtur y el ascenso de su
hijo Thor al trono. Finalmente Kelda, como el resto de los asgardianos, Kelda
falleció cuando Asgard fue víctima de las maquinaciones de Loki que alió contra
el Reino Dorado a sus enemigos. Thor, buscando escapar del eterno Ciclo del
Ragnarok, dejó morir a sus hermanos, Kelda incluida, pero cuando meses más
tarde el Dios del Trueno resucito, decidió devolver a la vida a los Asgardianos
para que vivieran una existencia libres de las ataduras de antaño.
Kelda decidió seguir a su
pueblo, aunque esto provocara su ruptura con Bill y le rompiera el corazón,
pero Bill no estaba dispuesto a abandonar a Kelda y siguió a su amada y al
resto de los asgardianos hasta Latveria. Allí, Bill fue generalmente aceptado
por los asgardianos, aunque un pequeño grupo de ellos se burlaba de el e
incluso intento agredirle al considerarlo un extraño entrometido, Kelda se
interpuso y los agresores le espetaron que tuviera que defender a su cachorro
humano, pero la asgardiana en cambio, respondió que Bill no necesitaba de su
ayuda y le proporciono una lanza envenenada, que podía matar a un asgardiano si
lo tocaba, enfrentados a un enemigo que podía acabar con ellos los atacantes
decidieron retroceder y Kelda y Bill continuaron su relación.
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